jueves, 5 de marzo de 2015

APROVECHA LAS LLAMADAS EQUIVOCADAS



Una hermana de la República Dominicana estaba recibiendo muchas llamadas equivocadas que la interrumpían en su trabajo. Después de varios días pensó que podría aprovecharlas para predicar. ¿Cómo lo hizo? Ella decía: “Lo siento, se equivocó de número. Pero permítame preguntarle algo: ‘¿Ha leído la Biblia hoy?’”. Algunos colgaban. Sin embargo, otros decían que no la habían leído. Entonces añadía: “¿Sabe usted por qué es tan importante leerla?”. Para responderles usando la propia Biblia, buscaba Salmo 1:1-3. En cierta ocasión, un funcionario gubernamental habló largo y tendido con ella. Cuando le dijo que no tenía Biblia, la hermana se encargó de conseguirle un ejemplar y algunas publicaciones. Dos semanas más tarde, él volvió a llamarla para darle las gracias por su interés y por las publicaciones.
En otra llamada equivocada, una mujer joven le preguntó: “¿Es usted testigo de Jehová?”. Cuando le contestó que sí, ella se echó a llorar y le explicó que era una publicadora inactiva. La hermana le dio ánimo y buscó a alguien para que la ayudara espiritualmente. Con el tiempo, esta mujer se reactivó.


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