jueves, 5 de marzo de 2015

Las transfusiones del papa



Según informó el “Times” de Nueva York, después que el papa Juan Pablo II fue herido por la bala de un terrorista, “recibió unos 6 litros de sangre, lo cual significa que se reemplazó casi todo el volumen de sangre que tenía en el cuerpo.” ¿Cuál fue el resultado? El papa sufrió de una persistente infección causada por un virus —citomegalovirus (CMV)— lo cual hizo que se prolongara el período de recuperación. Un portavoz de la Delegación Apostólica de Washington, D.C., admitió: “Según tenemos entendido, parece que las transfusiones causaron la infección.”

Es posible que Juan Pablo tal vez hubiera muerto si no hubiera recibido las transfusiones. No obstante, con relación a esto, ¿no es apropiado el que los cristianos obedezcan aquella parte de la ley de Dios que la Biblia católica incluye entre las cosas que son “esenciales” para ellos? Esa parte de la ley dice: “ABSTENERSE de lo sacrificado a los ídolos, DE LA SANGRE, de los animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien en guardaros de estas cosas.” Una nota al pie de la página en la versión católica de la “Biblia de Jerusalén” dice: “La sangre era la expresión de la vida, que sólo pertenece a Dios.” Dado que en tiempos modernos hay varias medidas que se pueden tomar en vez de usar sangre, el ‘hacer bien’ desde el punto de vista bíblico, frecuentemente contribuye a la buena salud de los que se enfrentan a problemas relacionados con la sangre y también deja a dichas personas con una buena conciencia ante Dios.—Hechos 15:20, 28, 29, “Biblia de Jerusalén,” Imprimátur: Mauro, Obispo.

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