domingo, 1 de marzo de 2015

La República Dominicana: el descubrimiento no ha terminado



Cristóbal Colón  emprendió en su juventud la vida de marino, que finalmente le llevó al descubrimiento de las islas que hoy se conocen como las Indias Occidentales. En diciembre de 1492, su nave principal, la Santa María, encalló en la costa norte de la Española, isla que hoy comparten Haití y la República Dominicana. Allí fundó Colón el primer asentamiento europeo, un fuerte construido deprisa al que llamó La Navidad. Esta isla se convirtió en el centro de sus siguientes exploraciones.
Colón descubrió que ocupaba la isla un pueblo muy bien parecido, confiado y hospitalario: los indios taínos. Se calcula que había unos cien mil en aquel tiempo. Sin embargo, la población nativa disminuyó rápidamente por causa del duro trato que recibió de los invasores, a quienes lo que más les interesaba era encontrar oro. Para 1570 solo quedaban unos quinientos taínos.
En la actualidad, la República Dominicana está habitada por gente de muchas razas y colores, descendientes de inmigrantes. Aun así, parecen conservar muchas características buenas de los taínos, pues forman un pueblo fundamentalmente amigable y de fácil trato. Esto, aunado a su creencia sincera en Dios y al respeto que sienten por la Biblia, ha contribuido al extraordinario éxito de la predicación y enseñanza de los testigos de Jehová en este país.
Descubrimiento de otro tipo
Los primeros misioneros de la Watch Tower, Lennart y Virginia Johnson, llegaron a la República Dominicana durante la época del dictador Trujillo. Les alegró descubrir que muchas personas respondían rápida y favorablemente a su mensaje bíblico. Pero esto no fue del agrado de las autoridades ni de sus consejeros religiosos. En poco tiempo estalló una ola de persecución, y la fe de aquellos primeros Testigos dominicanos pasó por duras pruebas. Hasta el día de hoy, todavía se habla mucho de la lealtad y la fe que tuvieron, demostradas hasta la muerte.
Se conoce bien a los testigos de Jehová, que ahora son unos dieciséis mil en el país. Hace un tiempo, cinco cadenas de televisión emitieron por toda la nación la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre.
Esta emisión dio mucha publicidad a la obra de los Testigos, no solo en las ciudades principales, sino también en poblaciones más pequeñas y en algunas zonas rurales. Así que, aprovechando la situación, los Testigos organizaron una campaña especial para llevar las buenas nuevas del Reino a estas zonas aisladas.
Bendiciones por ir a lugares de necesidad
Muchos Testigos jóvenes, enérgicos y celosos se ofrecieron de voluntarios para pasar períodos de dos meses predicando en estos territorios lejanos. Su labor mereció la pena. Dos Testigos encontraron excepcional interés en cierta zona. Como se acercaba la Conmemoración anual de la muerte de Jesús, hicieron los preparativos e invitaron a la gente. El salón se llenó, y celebraron la reunión. Al acabar, se sorprendieron mucho al ver que había otro grupo grande fuera del salón esperando el momento de entrar. Así que los invitaron a pasar y repitieron el programa. Ahora hay una congregación en ese lugar.
Muchas veces, el carácter generoso y amigable de la gente los impulsa a compartir las verdades bíblicas que aprenden con familiares y otras personas. Cierto estudiante de la Biblia rebosaba de alegría cuando por fin llenó los requisitos para participar en el ministerio de casa en casa. Ya estaba conduciendo cinco estudios bíblicos en el vecindario, pero se alegró de tener una participación mayor en el ministerio.
Hay mucho territorio que los publicadores del Reino no visitan con regularidad, así que se intenta predicar a la gente que viaja en autobús y a la que va a la ciudad para comerciar o comprar. Esta labor ha dado muy buenos resultados, como lo ilustra una experiencia relacionada con una carta que recibió la sucursal. Aparentemente la habían enviado dos hombres de una zona rural que pedían un estudio bíblico. Cuando un Testigo los visitó, resultó que estos “hombres” eran niños de 10 y 11 años de edad. ¿Cómo se habían enterado de que se daban estudios bíblicos? Pues bien, un señor de aquella aldea había ido a la capital por un asunto de negocios. En la calle se encontró con un Testigo, que le dio un tratado y le ofreció un estudio bíblico gratuito en su hogar. Al volver a la aldea, este señor le dio el tratado a una niña de 12 años del vecindario y le comentó acerca de la oferta de estudiar la Biblia. La niña, a su vez, pasó la información a estos dos niños, que enseguida escribieron la carta. Se empezó un estudio bíblico con ellos, la niña, el señor y sus dos hijos.
Magnífica reacción de los jóvenes
Los jóvenes, tanto los que han sido criados en la verdad como los que no, se toman en serio su adoración a Dios. Por ejemplo, Tamar y su hermana Keila se bautizaron a los 10 años y emprendieron el ministerio de tiempo completo a los 11. Wendy Carolina simbolizó su dedicación en bautismo en agua a los 12 años, y dos años más tarde, en 1985, empezó el precursorado regular. Hoy es una maestra eficiente, y todavía disfruta del ministerio de tiempo completo. Jovanny se bautizó a los 10 años y ahora, a los 11, es precursor regular y conduce cuatro estudios bíblicos. Rey, de 10 años de edad, vio que un vendedor de libros de segunda mano tenía un folleto publicado por los testigos de Jehová, y le suplicó a su madre que se lo comprara. Lo leyó por completo y, al buscar más publicaciones bíblicas, finalmente se puso en contacto con la sucursal. Hoy día disfruta del servicio de tiempo completo, y su madre también sirve a Dios.
¿Qué ha ayudado a estos y a otros jóvenes a apreciar las cosas espirituales? En muchos casos ha sido importante la guía apropiada de los padres. Ese fue el caso de Josué, cuyos padres cristianos son maestros de escuela. Un superintendente viajante sugirió que los padres procuraran ayudar al menos a uno de sus hijos a emprender el ministerio de tiempo completo, así que los padres le dieron atención a Josué. Como era un estudiante sobresaliente, el gobierno le concedió una beca para estudiar ingeniería. Después de estudiar durante año y medio en la universidad, aceptó la invitación para trabajar en el proyecto de construcción de la sede de los testigos de Jehová de la República Dominicana. Los padres expresaron la profunda satisfacción que sentían por haber dado a su hijo al servicio de Jehová.
“Exploradores” de otros países
Las palabras de Jesús de que “la mies es mucha, pero los obreros son pocos” se pueden aplicar al campo en este país. (Mateo 9:37.) La enorme necesidad y la buena acogida han motivado a muchos Testigos de otros países a ir a explorar el territorio en busca de los verdaderos tesoros de la actualidad: personas sinceras que buscan la verdad.
De la isla vecina de Puerto Rico han llegado familias de Testigos que han hallado verdadera satisfacción al servir en diversas zonas de la República Dominicana. Un cabeza de familia dijo: “Poder dar a conocer tu fe y esperanza a personas que escuchan hace que la verdad cobre vida”. Cecilia, de Suecia, y Nia, de Estados Unidos, se unieron a otros ministros jóvenes de tiempo completo al enterarse de la necesidad que había. Están sirviendo en el interior, donde la altitud es mayor y el clima es más moderado. Asimismo, dos familias canadienses se unieron a una familia dominicana que había regresado de Estados Unidos, y viven en las montañas, que están cubiertas de pinos y gozan de un clima fresco. Forman parte de una pequeña congregación y pueden llegar a personas que no han recibido la visita de los testigos de Jehová en diez años.
Alfredo, Lourdes y sus cinco hijos han vuelto de la ciudad de Nueva York y asisten a una pequeña congregación de una de las hermosas poblaciones turísticas de la costa. Se alegran de participar en encontrar a personas de corazón sincero y ayudar a la congregación a crecer. Roland, técnico de computadoras procedente de Austria, y su esposa, Yuta, se han establecido en la zona cálida y seca del sur del país. Desde su llegada, han tenido el gozo de ver formarse una nueva congregación. En un pueblo cercano, tres precursoras y un matrimonio de California informaron que era tanta la gente que les pedía estudiar la Biblia que no podían dirigir todos los estudios, por lo que animaron a las personas interesadas a asistir a las reuniones del Salón del Reino y poner sus nombres en una lista de espera para estudiar la Biblia. Stefan, el hermano de Yuta, sirve fielmente en una pequeña congregación de la encantadora ciudad de Samaná, al nordeste. En solo dos años, la cantidad de publicadores del Reino de esa localidad se ha duplicado.
Es verdaderamente encomiable el amor y el celo que han demostrado estas personas y otras que han ido a ayudar. No solo han aceptado el reto de trasladarse a un nuevo país con cultura y costumbres diferentes, sino también, en la mayoría de los casos, de aprender un nuevo idioma a fin de atender las necesidades espirituales de las personas mansas como ovejas. La respuesta de la gente a su labor ha sido positiva.
Algunas familias dominicanas han dejado las comodidades de las grandes ciudades y se han ido a la zona rural. La recompensa que reciben es el gozo de descubrir verdaderos tesoros: personas sinceras que buscan la verdad.
Los buscadores de tesoros del siglo XV no llevaron nada bueno a los taínos nativos, sino esclavitud y sufrimiento indecible. Ni siquiera Colón se benefició de los tesoros del Nuevo Mundo. Con el tiempo lo arrestaron y lo sacaron de la isla que descubrió para llevarlo encadenado a España.
Hoy en día se lleva a cabo una clase diferente de exploración, y se están encontrando tesoros más valiosos. El pueblo de Jehová está buscando a personas de corazón sincero que respondan al mensaje de las buenas nuevas. Como resultado, una multitud cada vez mayor está disfrutando de la libertad que solo puede dar la Palabra de Dios. (Juan 8:32.) Esperan el tiempo en que esta tierra de montañas, cascadas preciosas, hermosas playas y cuevas encantadoras llegue a ser, no solo una isla paradisíaca, sino parte de un nuevo mundo que abarque toda la Tierra. (2 Pedro 3:13.)


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